El lince es un juego que se basa inicialmente en mejorar los reflejos y la agudeza visual. Es un juego bastante amplio en cuanto a rango de edad, ya que comienza por un juego más sencillo llamado ''Mi primer Lince'' de 36 fichas al cual se puede jugar desde aproximadamente los dos años de edad, y termina con un juego llamado ''Lince Edición Familia'' o ''Lince Go!'' que son versiones más extensas que alcanzan las 400 fichas y la versión cartas, complicando más el juego.
Sin embargo, en logopedia se puede usar para otras finalidades.
Los objetivos que suelo trabajar con mis pacientes con este juego son:
De manera indirecta, también se puede trabajar la atención sostenida y focalizada, y la velocidad de procesamiento.
¿Cómo podemos trabajar estos objetivos?
En la versión de tablero (que es con la que hasta ahora he estado jugando en mis sesiones) se coloca éste encima de la mesa, en el suelo o en la superficie con la que vayamos a trabajar. Las fichas suelen estar dentro de un saquito. Con los niños más pequeños, por turnos (trabajando de ésta manera los turnos conversacionales) vamos metiendo la mano en el saquito cogiendo una ficha cada vez. Cuando tengamos la ficha podemos hacer diferentes cosas según lo que queramos trabajar.
Si vamos a trabajar el vocabulario, tendremos que decir el nombre de la imagen que hemos cogido en voz alta, luego, buscaremos en el tablero el lugar dónde se encuentra el correspondiente dibujo, el primero que la encuentre gana. En ocasiones, antes de poner la ficha encima de su lugar volvemos a repetir el nombre de la imagen.
Si vamos a trabajar los campos semánticos, al coger la ficha buscaremos la posición dónde se encuentra el dibujo y, o bien decimos en voz alta a qué campo semántico puede pertenecer, o bien (lo que más suelo hacer porque es más visual), vamos cogiendo las fichas que ''ganamos'' y las vamos agrupando por los campos semánticos que podamos.
Para trabajar los turnos conversacionales vale con ''poner la regla'' de qué solo se pueda hablar cuando nos toque coger la ficha, si tenemos la ficha en la mano o la estamos poniendo podemos hablar, si no, tendremos que esperar al siguiente turno.
Podemos trabajar la generalización en palabras de los fonemas eligiendo previamente del saco las palabras que lleven el fonema que hayamos estado trabajando con el paciente. También podemos hacerlo al azar, aunque estaríamos trabajando de manera más imprecisa sobre lo que nos concierne.
Finalmente, y para trabajar la morfosintaxis podemos dar la consigna de hacer una frase con la imagen que nos ha salido, antes de buscarla en el tablero. Esta frase podrá tener más o menos elementos, variándose en largo y dificultad según cada persona con la que trabajemos.
¿Alguna vez habéis utilizado este juego para las terapias? ¿Lo usáis para trabajar otros objetivos? ¿Tenéis otras formas de jugar con él? Si es así, ¡déjalo en los comentarios!
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